San Gil, ¿la igualdad sin hipotecas?
LO QUE LA POLÍTICA ESCONDE.
Algunos intuimos hace poco que la dirección del viento político estaba cambiando y que era necesario desplegar nuevas velas que impulsaran el obsoleto panorama político hacia un nuevo mundo.
Superar una etapa donde la confrontación derecha – izquierda quedó vacía de contenidos reales. Actualmente sólo cuenta el continente, pues en el fondo muchas propuestas de los dos partidos mayoritarios pueden intercambiar su autoría y sólo se distinguen por las siglas, colores y medios que las difunden.
Es mediante la trasversalidad, que UPyD abandera, como podemos progresar, pues las propuestas políticas pueden ser buenas o malas vengan de unos u otros, pues en ambos partidos se plantean medidas progresistas de la misma manera que en muchas ocasiones resultan de lo más reaccionarias a pesar de sus disfraces populistas.
Con el abandono de María San Gil de la ponencia política de PP, queda claro que tampoco el PP está preparado para resistir la tentación de acercarse a los nacionalistas con tal de entrar en el juego de repartirse el poder, dejando al descubierto, tal y como sucedió con la salida de Rosa Diez del PSOE que el verdadero debate ideológico de la sociedad española y por tanto de los partidos políticos, está planteado entre los que defienden la igualdad y los que defienden la territorialidad de los derechos de los españoles, esta es la dualidad que marca las diferencias ideológicas.
La consecuencia será que, por mucho que PP y PSOE traten de impedirlo, se hace inevitable el crecimiento de UPyD, un partido entre los dos grandes dinosaurios del siglo pasado, capaz de situarse frente a las políticas nacionalistas, contrarias a la igualdad, sin complejos y sin hipotecas, sin necesidad de repartirse cuotas de poder a cualquier precio y el único capaz de hacer un discurso diferente, defendiendo medidas para aumentar la igualdad entre los españoles vivan donde vivan, y esto no es ser de izquierdas o de derechas, es justo, es de sentido común.
LO QUE LA POLÍTICA ESCONDE.
Algunos intuimos hace poco que la dirección del viento político estaba cambiando y que era necesario desplegar nuevas velas que impulsaran el obsoleto panorama político hacia un nuevo mundo.
Superar una etapa donde la confrontación derecha – izquierda quedó vacía de contenidos reales. Actualmente sólo cuenta el continente, pues en el fondo muchas propuestas de los dos partidos mayoritarios pueden intercambiar su autoría y sólo se distinguen por las siglas, colores y medios que las difunden.
Es mediante la trasversalidad, que UPyD abandera, como podemos progresar, pues las propuestas políticas pueden ser buenas o malas vengan de unos u otros, pues en ambos partidos se plantean medidas progresistas de la misma manera que en muchas ocasiones resultan de lo más reaccionarias a pesar de sus disfraces populistas.
Con el abandono de María San Gil de la ponencia política de PP, queda claro que tampoco el PP está preparado para resistir la tentación de acercarse a los nacionalistas con tal de entrar en el juego de repartirse el poder, dejando al descubierto, tal y como sucedió con la salida de Rosa Diez del PSOE que el verdadero debate ideológico de la sociedad española y por tanto de los partidos políticos, está planteado entre los que defienden la igualdad y los que defienden la territorialidad de los derechos de los españoles, esta es la dualidad que marca las diferencias ideológicas.
La consecuencia será que, por mucho que PP y PSOE traten de impedirlo, se hace inevitable el crecimiento de UPyD, un partido entre los dos grandes dinosaurios del siglo pasado, capaz de situarse frente a las políticas nacionalistas, contrarias a la igualdad, sin complejos y sin hipotecas, sin necesidad de repartirse cuotas de poder a cualquier precio y el único capaz de hacer un discurso diferente, defendiendo medidas para aumentar la igualdad entre los españoles vivan donde vivan, y esto no es ser de izquierdas o de derechas, es justo, es de sentido común.
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